Cada mañana me levanto pensando que me faltas al otro lado de la cama, que necesito ese brazo bajo mi cuello, ese amanecer donde te tapo con una sábana por vergüenza encontrarme con tu mirada sintiendo ese cosquilleo en el estómago.
Cada tarde echo de menos esas risas causadas por una complicidad que nos une, esas conversaciones de todo tipo que hacen que nos conozcamos cada vez más profundamente.
Cada noche miro por mi ventana, te imagino mirando las mismas estrellas que se reflejan en mis ojos dejando en mí ese brillo que sólo tú puedes ver…
No hay comentarios:
Publicar un comentario